para María Souto
Dice el reloj que es tarde y me he pasado
el día trabajando
la espalda
tensa como el tirante
de un puente que cuelga del abismo
reclama mi atención
un poco de silencio no me iría nada mal
mascullo entre los dientes
cuando suena el teléfono
¡ahora no! déjalo una vez más para mañana…
tal vez
cuando regrese a casa
una mirada con ternura
sea bastante
para ablandar la piel
después de tantos años ella sabe
cómo lo puede hacer
con un baño de paz
quizá una copa
una conversación lenta y tranquila
el sol canicular de sus abrazos
y el leve contraluz de algún poema
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
ESTE ESPACIO ES PARA TODOS// THIS SPACE IS FOR EVERYONE// QUESTO SPAZIO É PER TUTTI// DIESER RAUM IST FÜR ALLE DA// ESTE ESPACAO É PARA TODOS// CET ESPACE EST POUR TOUT LE MONDE
viernes, 27 de febrero de 2009
ESCUCHA EL TRAQUETO
ESCUCHA EL TRAQUETEO
Sombrero blanco
gafas oscuras
el blues
un sueño de guitarra
con tacto de mujer
siéntelo bien
me dices John
con la emoción cuarteada
de tu voz confidente
escucha el traqueteo
de un tren que va llegando
al andén apartado de ti mismo
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
jueves, 26 de febrero de 2009
TEOREMA
Antes que suene el poderoso timbre
y abra la puerta y entre. Oh espada
por la ansiedad el universo tiene
que haber ejecutado una infinita
serie de actos concretos…
BORGES
EL ARQUERO
El arquero es su fe
manantial del que brota
el agua del deseo
escucha su voz íntima y avanza
cubre su cuerpo en línea
con el arco y la flecha
contiene todo el aire
que vitaliza el pecho
mientras tensa la cuerda
con una precisión inusitada
atiende a flor de nervio
a ver certero el blanco
exhala su silencio
con un beso en la cuerda
la anima de deseo
y templa
en ese instante último
en el que no hay retorno
suelta
y se aflojan sus músculos
descubre que su fe
es la que al fin cabalga
a lomos de la flecha
EL ARCO
En su inmovilidad
el arco permanece en su letargo
en el que nadie puede
advertir su elástica influencia
él no es nada
si no es depositario del alma del arquero
y sin la flecha
pues en su inmovilidad
no hará llorar a aire
no hará cimbrear la flecha
no hará crujir al blanco
de pronto
asido por el pulso y la firmeza
de unos brazos amantes
toma la posición de un ser auténtico
y así se identifica
con todo el universo
y su cuerpo se arquea
casi rompe
las leyes de la física
tenso como las cuerdas de un laúd
en línea con el cuerpo del arquero
centra la flecha
la enfila con el blanco
conquista un equilibrio que seca la garganta
adquiere su poder al ser impulso
descerraja un segundo
con una voz metálica
y la cuerda
afloja la tensión e impulsa la saeta
así como se exhala un estertor de muerte
y el arco cabecea
con un golpe que afloja su postura
volviendo a ser un cuerpo
que espera indiferente otra llamada
LA FLECHA
La flecha rasga el aire
con un seco silbido lo taladra
mientras cruza
veloz e inapelable hasta su cita
demoledora y temida
resulta ser la esclava de un impulso
de una vibración que la confirma
y la vuelve más flecha
acelera su tiempo hacia el fin último
para el que fue creada
nunca podrá ser dueña
del arco que la hizo arista aguda
no ama
no conoce el trayecto
del que nada podría desviarla
se erige en portadora
de la fe del arquero pero ella
frenética en su avance
no logrará saberlo nunca
tan sólo rompe el aire
y anuncia sorpresiva su presencia
EL BLANCO
El blanco está en silencio
e inmóvil en su sino
su corazón de paja
se instala justo al límite
su esencia un desafío
su virtud la distancia
su apuesta un fino círculo en su cuerpo de paja
que anima con su reto
al alma del arquero
no ama ni dirige
no dispara ni piensa
más todo se encamina
al ansia de su centro
¿ posible o imposible?
es su doble moneda
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
y abra la puerta y entre. Oh espada
por la ansiedad el universo tiene
que haber ejecutado una infinita
serie de actos concretos…
BORGES
EL ARQUERO
El arquero es su fe
manantial del que brota
el agua del deseo
escucha su voz íntima y avanza
cubre su cuerpo en línea
con el arco y la flecha
contiene todo el aire
que vitaliza el pecho
mientras tensa la cuerda
con una precisión inusitada
atiende a flor de nervio
a ver certero el blanco
exhala su silencio
con un beso en la cuerda
la anima de deseo
y templa
en ese instante último
en el que no hay retorno
suelta
y se aflojan sus músculos
descubre que su fe
es la que al fin cabalga
a lomos de la flecha
EL ARCO
En su inmovilidad
el arco permanece en su letargo
en el que nadie puede
advertir su elástica influencia
él no es nada
si no es depositario del alma del arquero
y sin la flecha
pues en su inmovilidad
no hará llorar a aire
no hará cimbrear la flecha
no hará crujir al blanco
de pronto
asido por el pulso y la firmeza
de unos brazos amantes
toma la posición de un ser auténtico
y así se identifica
con todo el universo
y su cuerpo se arquea
casi rompe
las leyes de la física
tenso como las cuerdas de un laúd
en línea con el cuerpo del arquero
centra la flecha
la enfila con el blanco
conquista un equilibrio que seca la garganta
adquiere su poder al ser impulso
descerraja un segundo
con una voz metálica
y la cuerda
afloja la tensión e impulsa la saeta
así como se exhala un estertor de muerte
y el arco cabecea
con un golpe que afloja su postura
volviendo a ser un cuerpo
que espera indiferente otra llamada
LA FLECHA
La flecha rasga el aire
con un seco silbido lo taladra
mientras cruza
veloz e inapelable hasta su cita
demoledora y temida
resulta ser la esclava de un impulso
de una vibración que la confirma
y la vuelve más flecha
acelera su tiempo hacia el fin último
para el que fue creada
nunca podrá ser dueña
del arco que la hizo arista aguda
no ama
no conoce el trayecto
del que nada podría desviarla
se erige en portadora
de la fe del arquero pero ella
frenética en su avance
no logrará saberlo nunca
tan sólo rompe el aire
y anuncia sorpresiva su presencia
EL BLANCO
El blanco está en silencio
e inmóvil en su sino
su corazón de paja
se instala justo al límite
su esencia un desafío
su virtud la distancia
su apuesta un fino círculo en su cuerpo de paja
que anima con su reto
al alma del arquero
no ama ni dirige
no dispara ni piensa
más todo se encamina
al ansia de su centro
¿ posible o imposible?
es su doble moneda
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
martes, 24 de febrero de 2009
POEMA DE FENIX MORTAL de MAHMUD DARWIX
MAHMUD DARWIX el poeta que encarna la voz de las poblaciones árabes, que unen su dolor y experiencia vital en el dolor y experiencia de Palestina.
Darwix elabora en el poemario Fenix Mortal una poesía que cuenta la epopeya de un pueblo, entroncando con la gran tradición del realismo metafísico contemporáneo.
Fenix Mortal es un libro complejo que acrisola, desde una prespectiva moderna y personal, la tradición poética y mitológica de los territorios que van de Egipto y Siria a Mesopotamia, mezclando metafísica y épica para reescibir, en un tiempo fuera del tiempo y en clave autobiográfica, el elgendario pasado semítoco y el decepcionante y reductor proyecto local presente. ( comentario extraído del prologo de la traductora Luz Gómez García)
HELENA, PURA LLUVIA...
Me encontré con Helena, era martes,
las tres,
la hota del tedio inalcanzable,
pero el goteo de lluvia
junto a una hembra como Helena
es un canto al viaje.
Llueve
como la pura nostalgia... la notalgia del cielo
por el cielo.
Llueve
como la más pura pena...el lamento del lobo
por su especie.
Llueve sobre los tejados resecos,
sobre los oros resecos de los iconos de la iglesia.
-¿A qué distancia de mí queda la tierra?
¿A qué distancia de ti queda el amor?
-le pregunta el forastero a Helena, la que vende pan,
en una calle estrecha como sus medias.
-A una palabra, como mucho... Llueve.
Llueve con hambre de los árboles...
Llueve con hambre de piedras...
Y el forastero le dice a la vendedora de pan:
¡Helena, Helena! ¿Podrá alzarse
el olor de tu pan hasta la azotea
de un país lejano...
y eclipsar a las rapsodias de Homero?
¿Brotará de tus hombros el agua
para el árbol seco del poema?
Y ella replica: llueve, llueve.
Pura lluvia...
Y el forastero le dice a Helena: si fuera
Narciso buscaría en el agua,
en tu agua, en mi cuerpo. Búscate tú,
Helena, en el agua de nuestros sueños... Halla
en tus orillas a los muertos que cantan tu nombre:
¡Helena... Helena! No nos dejes a solas
como la luna.
- Llueve, llueve.
Pura lluvia...
Y el forastero le dice a Helena: cuando combatía
en tus dos fosos, no estabas a salvo de mi sangre
asiática. Tampoco lo estarás de esta sangre
animal como la pócima de tus rosas. Helena,
qué crueles fueron los griegos.
qué estúpido Ulises, errando a placer
en pos de su mito viajero.
Las palabras que no le dije a alla
las he dicho. Las palabras que he dicho
no se las dije a ella. Pero Helena
sabe lo que el forastero no dice...
Como sabe qué dice el forastero a un olor
que se hace añicos bajo la lluvia,
y así ella replica:
la guerra de Troya no tuvo lugar,
no existió,
no...
Pero sí la lluvia,
la pura lluvia...
Darwix elabora en el poemario Fenix Mortal una poesía que cuenta la epopeya de un pueblo, entroncando con la gran tradición del realismo metafísico contemporáneo.
Fenix Mortal es un libro complejo que acrisola, desde una prespectiva moderna y personal, la tradición poética y mitológica de los territorios que van de Egipto y Siria a Mesopotamia, mezclando metafísica y épica para reescibir, en un tiempo fuera del tiempo y en clave autobiográfica, el elgendario pasado semítoco y el decepcionante y reductor proyecto local presente. ( comentario extraído del prologo de la traductora Luz Gómez García)
HELENA, PURA LLUVIA...
Me encontré con Helena, era martes,
las tres,
la hota del tedio inalcanzable,
pero el goteo de lluvia
junto a una hembra como Helena
es un canto al viaje.
Llueve
como la pura nostalgia... la notalgia del cielo
por el cielo.
Llueve
como la más pura pena...el lamento del lobo
por su especie.
Llueve sobre los tejados resecos,
sobre los oros resecos de los iconos de la iglesia.
-¿A qué distancia de mí queda la tierra?
¿A qué distancia de ti queda el amor?
-le pregunta el forastero a Helena, la que vende pan,
en una calle estrecha como sus medias.
-A una palabra, como mucho... Llueve.
Llueve con hambre de los árboles...
Llueve con hambre de piedras...
Y el forastero le dice a la vendedora de pan:
¡Helena, Helena! ¿Podrá alzarse
el olor de tu pan hasta la azotea
de un país lejano...
y eclipsar a las rapsodias de Homero?
¿Brotará de tus hombros el agua
para el árbol seco del poema?
Y ella replica: llueve, llueve.
Pura lluvia...
Y el forastero le dice a Helena: si fuera
Narciso buscaría en el agua,
en tu agua, en mi cuerpo. Búscate tú,
Helena, en el agua de nuestros sueños... Halla
en tus orillas a los muertos que cantan tu nombre:
¡Helena... Helena! No nos dejes a solas
como la luna.
- Llueve, llueve.
Pura lluvia...
Y el forastero le dice a Helena: cuando combatía
en tus dos fosos, no estabas a salvo de mi sangre
asiática. Tampoco lo estarás de esta sangre
animal como la pócima de tus rosas. Helena,
qué crueles fueron los griegos.
qué estúpido Ulises, errando a placer
en pos de su mito viajero.
Las palabras que no le dije a alla
las he dicho. Las palabras que he dicho
no se las dije a ella. Pero Helena
sabe lo que el forastero no dice...
Como sabe qué dice el forastero a un olor
que se hace añicos bajo la lluvia,
y así ella replica:
la guerra de Troya no tuvo lugar,
no existió,
no...
Pero sí la lluvia,
la pura lluvia...
lunes, 23 de febrero de 2009
ENTRE SUEÑOS III
Entre olas simétricas de arena
Una piedra señala al infinito
***
Auroras y crepúsculos
Son puntos de partida y de llegada
El día es el sendero
***
Lleno la copa y brindo por nosotros
Con el licor de nuestra juventud
***
Noches de blanco satén
Y tu cuerpo
Cuerpo a cuerpo con el mío
***
En el contraluz de los sentidos
Serena apareces
Con el dorado reflejo de los años
***
Los recuerdos son ecos
De un viejo sentimiento
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
Una piedra señala al infinito
***
Auroras y crepúsculos
Son puntos de partida y de llegada
El día es el sendero
***
Lleno la copa y brindo por nosotros
Con el licor de nuestra juventud
***
Noches de blanco satén
Y tu cuerpo
Cuerpo a cuerpo con el mío
***
En el contraluz de los sentidos
Serena apareces
Con el dorado reflejo de los años
***
Los recuerdos son ecos
De un viejo sentimiento
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
viernes, 20 de febrero de 2009
POEMA vs HAIKU
AL CAPRICHO DEL AIRE
Al capricho del aire
arracimadas
las hojas ya marchitas interpretan
su postrer desafío
tapizar con silencio los caminos del parque
mientras cruje este Otoño
arquitecto de espacios de plomiza estructura
que aquietan la mirada
cual la de un animal que cansado se extingue
las hojas han perdido el verdor de la vida
para volverse vida que enriquece a la tierra
las contemplo despacio
cubriendo mis pisadas
esas que van llevando a mis contradicciones
por caminos cubiertos de un profundo misterio
sin saber si soy yo el que busca su cauce
o sin son sus caprichos los que guían mis pasos
las contemplo desnudo
al pie de la intemperie
hundiéndome en el lecho
de su piel arrugada como tierra reseca
sintiendo en mis latidos como el tiempo se escapa
para dejar un rastro de palabras no dichas
***
El viento arrastra
el silencio de las hojas marchitas
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
Al capricho del aire
arracimadas
las hojas ya marchitas interpretan
su postrer desafío
tapizar con silencio los caminos del parque
mientras cruje este Otoño
arquitecto de espacios de plomiza estructura
que aquietan la mirada
cual la de un animal que cansado se extingue
las hojas han perdido el verdor de la vida
para volverse vida que enriquece a la tierra
las contemplo despacio
cubriendo mis pisadas
esas que van llevando a mis contradicciones
por caminos cubiertos de un profundo misterio
sin saber si soy yo el que busca su cauce
o sin son sus caprichos los que guían mis pasos
las contemplo desnudo
al pie de la intemperie
hundiéndome en el lecho
de su piel arrugada como tierra reseca
sintiendo en mis latidos como el tiempo se escapa
para dejar un rastro de palabras no dichas
***
El viento arrastra
el silencio de las hojas marchitas
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
jueves, 19 de febrero de 2009
De: MORTAL Y ROSA
Francisco Umbral
(fragmento)
El hombre del Metro sueña una ciudad de sol y ocio a la que nunca sale, la ciudad de las estatuas y los bares es una pesadilla del hombre de allá abajo, del viajero hundido, del que va en el Metro, tú, yo, asiento reservado para caballeros mutilados, todos caballeros mutilados, las madres terribles con la bolsa de la compra abultada, como otro embarazo, y la chica leyendo un libro gordo, y el de los recados silbando en el Metro y el sembrado de cabezas que tengo debajo de mí, una calva con mapas, una pelambrera con brillos, los cuatro pelos sobre un cráneo blanco y lechoso, la huella de las tenacillas en un pelo gris de mujer, como una ceniza en olas tenues de resignación, y el maíz violento de un pelo de muchacha, cebada adolescente que perfuma e ilumina.
No, la ciudad no existe, la ciudad es una locura, una invención, una esperanza, una mentira. La sueñan desde allá abajo los que van en el Metro, ánimas del purgatorio en túnel, justos en multitud, limbo húmedo, catacumba veloz. No existimos, no tomamos café, no hacemos el amor. Sólo nos sueña, desde lo profundo, un hombre silencioso que va en Metro.
(fragmento)
El hombre del Metro sueña una ciudad de sol y ocio a la que nunca sale, la ciudad de las estatuas y los bares es una pesadilla del hombre de allá abajo, del viajero hundido, del que va en el Metro, tú, yo, asiento reservado para caballeros mutilados, todos caballeros mutilados, las madres terribles con la bolsa de la compra abultada, como otro embarazo, y la chica leyendo un libro gordo, y el de los recados silbando en el Metro y el sembrado de cabezas que tengo debajo de mí, una calva con mapas, una pelambrera con brillos, los cuatro pelos sobre un cráneo blanco y lechoso, la huella de las tenacillas en un pelo gris de mujer, como una ceniza en olas tenues de resignación, y el maíz violento de un pelo de muchacha, cebada adolescente que perfuma e ilumina.
No, la ciudad no existe, la ciudad es una locura, una invención, una esperanza, una mentira. La sueñan desde allá abajo los que van en el Metro, ánimas del purgatorio en túnel, justos en multitud, limbo húmedo, catacumba veloz. No existimos, no tomamos café, no hacemos el amor. Sólo nos sueña, desde lo profundo, un hombre silencioso que va en Metro.
AQUÍ ESTAMOS
Aquí estamos
atrincherados en la necesidad de ser felices
buscando cavidades en la roca del miedo
en donde decorar un hueco efímero
destellos fluorescentes describen el camino
pero a dónde el camino
y aquí estamos
fatigosamente amanecidos
fanáticos de cultos
que nos hacen creer que somos dioses
hijos de dioses
o comida y capricho de los dioses
arando el páramo del tiempo
mercaderes del brillo
atletas de la gloria
con la corona de laurel en el bolsillo
penados por la luz que no se alcanza
topos en el desierto de la ausencia
repitiendo
que nuestro breve tiempo es el tiempo
que nuestro nombre tiene
las sílabas en piedra
y aquí estamos
entre el dolor y la felicidad erguidos
llagados por amor
y a mitad de camino
de no sé que esperanza
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
atrincherados en la necesidad de ser felices
buscando cavidades en la roca del miedo
en donde decorar un hueco efímero
destellos fluorescentes describen el camino
pero a dónde el camino
y aquí estamos
fatigosamente amanecidos
fanáticos de cultos
que nos hacen creer que somos dioses
hijos de dioses
o comida y capricho de los dioses
arando el páramo del tiempo
mercaderes del brillo
atletas de la gloria
con la corona de laurel en el bolsillo
penados por la luz que no se alcanza
topos en el desierto de la ausencia
repitiendo
que nuestro breve tiempo es el tiempo
que nuestro nombre tiene
las sílabas en piedra
y aquí estamos
entre el dolor y la felicidad erguidos
llagados por amor
y a mitad de camino
de no sé que esperanza
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
AHORA Y SIEMPRE
Detrás de los discursos
más allá de los gestos
por encima
de las meditaciones
a pesar de las preguntas
y aún si la vestimos de metáfora
por más definición que la pongamos
y aunque no poseyese su palabra
ahora y siempre
la vida.
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
más allá de los gestos
por encima
de las meditaciones
a pesar de las preguntas
y aún si la vestimos de metáfora
por más definición que la pongamos
y aunque no poseyese su palabra
ahora y siempre
la vida.
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
martes, 17 de febrero de 2009
Pequeño soubenir para Juan Jes
Si supiera pintar...pintaría una sombra
Si supiera tocar...llenaría el silencio
Si supiera esculpir...daría forma a la nada
Si supiera escribir...lo haría sin palabras
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
Si supiera tocar...llenaría el silencio
Si supiera esculpir...daría forma a la nada
Si supiera escribir...lo haría sin palabras
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
domingo, 15 de febrero de 2009
DIVERTIMENTO
Tiempo de librevuelos
Libélulas y grillos
helechos y retamas
La rama florecida del manzano
le da un tajo a la Luna
El río nunca para
no va a parar
n o
p a
r a
La piedra oscurecida por la noche
oculta su dureza bajo el musgo
Huele la hierba a infancia
Sabe la infancia a hierba
Libreamanecenvuelos en el campo
desnudo del recuerdo
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
Libélulas y grillos
helechos y retamas
La rama florecida del manzano
le da un tajo a la Luna
El río nunca para
no va a parar
n o
p a
r a
La piedra oscurecida por la noche
oculta su dureza bajo el musgo
Huele la hierba a infancia
Sabe la infancia a hierba
Libreamanecenvuelos en el campo
desnudo del recuerdo
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
ENTRE SUEÑOS II
El arte de vivir es simplemente
No hacer de nuestra vida una trinchera
***
Tememos a la muerte
Pues nos muestra su cara de ruptura
Nos apremia la vida
Pues morimos un poco en cada olvido
***
Una palabra al sol
No tiene sombra
Pero si deja huella
***
El corazón pregunta
La vida le contesta
***
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
No hacer de nuestra vida una trinchera
***
Tememos a la muerte
Pues nos muestra su cara de ruptura
Nos apremia la vida
Pues morimos un poco en cada olvido
***
Una palabra al sol
No tiene sombra
Pero si deja huella
***
El corazón pregunta
La vida le contesta
***
por: Juan Carlos Gómez Rodríguez
TRES POEMAS DE BORIS VIAN
Ellos rompen el mundo
En pequeños pedazos
Ellos rompen el mundo
A golpes de martillo
Pero me da igual
Me trae sin cuidado
Queda bastante para mí
Queda bastante
Es suficiente que me guste
Una pluma azul
Un camino de arena
Un pájaro miedoso
Es suficiente que me guste
Una delgada brizna de hierba
Una gota de rocío
Un grillo de monte
Pueden romper el mundo
En pequeños pedazos
Queda bastante para mí
Queda bastante
Tendré siempre un poco de aire
Un hilillo de vida
Un poco de luz en la mirada
Y el viento en las ortigas
E incluso, e incluso
Si me encarcelan
Queda bastante para mí
Queda bastante
Es suficiente que me guste
Esa piedra erosionada
Esos ganchos de hierro
En los que se detiene un poco de sangre
Me gusta, me gusta
La tabla gastada de mi cama
El jergón y los travesaños
El polvo suspendido en un rayo de sol
Me gusta la mirilla que se abre
Los hombres que han entrado
Que avanzan, que me llevan
A volver a encontrar la vida del mundo
Y a encontrar el color
Me gustan esos dos largos montantes
Ese cuchillo triangular
Esos señores vestidos de negro
Es mi fiesta y estoy orgulloso
Me gusta, me gusta
Ese cesto lleno de sonido
Donde voy a apoyar mi cabeza
¡Oh! Me gusta de verdad
Es suficiente que me guste
Una pequeña brizna de hierba azul
Una gota de rocío
Un amor de pájaro miedoso
Ellos rompen el mundo
Con sus martillos pesados
Queda bastante para mí
Queda bastante, corazón mío.
***
Un poeta
Es un ser único
En montones de ejemplares
que no piensa más que en verso
y no escribe más que en música
Sobre motivos diversos
Unos rojos otros verdes
pero magníficos siempre.
***
Todo se ha dicho cien veces
Y mucho mejor que por mí
Por eso cuando escribo versos
Es porque me divierte
Es porque me divierte
Es porque me divierte y váyanse a tomar viento.
sábado, 14 de febrero de 2009
POEMA DE Mª EUGENIA CASEIRO
GOTAS GRISES
el mundo con mis ojos y mis manos
es todo soledad
bebo un sorbo del jazz disuelta en la penumbra
del humo que habita en el anuncio
la música se apaga y la ciudad
allá en la catedral
espera ensombrecida el campanazo
la música parida por el órgano...
pero el jazz de nuevo se derrama
gotas grises
al mundo con mis ojos y mis manos
que es todo soledad
el mundo con mis ojos y mis manos
es todo soledad
bebo un sorbo del jazz disuelta en la penumbra
del humo que habita en el anuncio
la música se apaga y la ciudad
allá en la catedral
espera ensombrecida el campanazo
la música parida por el órgano...
pero el jazz de nuevo se derrama
gotas grises
al mundo con mis ojos y mis manos
que es todo soledad
jueves, 12 de febrero de 2009
PRESENTACIÓN DE LOS POEMARIOS: MANUAL DE TRASPARENCIAS y APASO LENTO
CRÍTICA EN MADRIDPRESS
A paso lento, haikus orientales de un asturiano.
Gómez y Escobar presentan sus libros en Madrid.
El libro A Paso Lento, del asturiano Juan Carlos Gómez Rodríguez, y Manual de Transparencia, de David Escobar Galindo, poeta de El Salvador, se presentaron en Madrid el pasado 2 de febrero.
La vela literaria estuvo encauzada por el también poeta Leo Zelada, quien dijo que Juan Carlos Gómez y David Escobar son dos de los más sobresalientes poetas actuales en lengua castellana.
Juan Carlos Gómez, un apasionado de la cultura oriental, ávido lector de poesía china, japonesa y coreana, ha creado un mundo personal de haikus dentro de esta globalización que traspasa fronteras y que ha llevado a un poeta de Gijón a construir su propio universo enraizado en esa tradición secular.
La dificultad para condensar belleza en los haikus fue aplaudida también por el poeta de El Salvador, David Escobar, quien se congratuló de escuchar la poesía de Juan Carlos Gómez declarando que él mismo también había hecho su propia incursión en los haikus.
¿Qué es un haikus? Así lo define la oratoria: un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas. Es una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas. Tradicionalmente el haiku, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente. Muy influido por la filosofía zen, su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez y la sutileza para decir mucho en pocas palabras.
Juan Carlos Gómez leyó algunos de A Paso Lento.
Mira esa rama
Ayer promesa en flor y hoy leña a la deriva.
También recoge algunas de sus inspiraciones, como Poemas de la taza de té, con referencia al poeta Li Chang Yin, de quien retrata:
Las flores se marchitan y caen arrastradas
por el viento de otoño
¿A dónde va el perfume de las flores?
Y de ahí a su tierra, con este haiku:
Entre praderas
Rojos verdes y ocres
En la vaguada.
DAVID ESCOBAR, DÉCIMAS BLANCAS
El poeta de El Salvador David Escobar, por su parte, señala que su libro Manual de Transparencias está compuesto por décimas blancas, en eneasílabos libres. "Fueron naciendo en la espontaneidad del día a día que se dedica a otros afanes".
Algunas de sus contenidos, dice, son confesiones, otras advertencias. En todo caso, emociones del sentir.
INTERMEDIO FLORAL
David Escobar escribe:
El horizonte no regresa
son nuestros pasos los que reconquistan
la ilusión de girar entre lunas y velos...
... nos hará recordar que la tierra es la urna de los dioses...
Gómez y Escobar presentan sus libros en Madrid.
El libro A Paso Lento, del asturiano Juan Carlos Gómez Rodríguez, y Manual de Transparencia, de David Escobar Galindo, poeta de El Salvador, se presentaron en Madrid el pasado 2 de febrero.
La vela literaria estuvo encauzada por el también poeta Leo Zelada, quien dijo que Juan Carlos Gómez y David Escobar son dos de los más sobresalientes poetas actuales en lengua castellana.
Juan Carlos Gómez, un apasionado de la cultura oriental, ávido lector de poesía china, japonesa y coreana, ha creado un mundo personal de haikus dentro de esta globalización que traspasa fronteras y que ha llevado a un poeta de Gijón a construir su propio universo enraizado en esa tradición secular.
La dificultad para condensar belleza en los haikus fue aplaudida también por el poeta de El Salvador, David Escobar, quien se congratuló de escuchar la poesía de Juan Carlos Gómez declarando que él mismo también había hecho su propia incursión en los haikus.
¿Qué es un haikus? Así lo define la oratoria: un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas. Es una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas. Tradicionalmente el haiku, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente. Muy influido por la filosofía zen, su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez y la sutileza para decir mucho en pocas palabras.
Juan Carlos Gómez leyó algunos de A Paso Lento.
Mira esa rama
Ayer promesa en flor y hoy leña a la deriva.
También recoge algunas de sus inspiraciones, como Poemas de la taza de té, con referencia al poeta Li Chang Yin, de quien retrata:
Las flores se marchitan y caen arrastradas
por el viento de otoño
¿A dónde va el perfume de las flores?
Y de ahí a su tierra, con este haiku:
Entre praderas
Rojos verdes y ocres
En la vaguada.
DAVID ESCOBAR, DÉCIMAS BLANCAS
El poeta de El Salvador David Escobar, por su parte, señala que su libro Manual de Transparencias está compuesto por décimas blancas, en eneasílabos libres. "Fueron naciendo en la espontaneidad del día a día que se dedica a otros afanes".
Algunas de sus contenidos, dice, son confesiones, otras advertencias. En todo caso, emociones del sentir.
INTERMEDIO FLORAL
David Escobar escribe:
El horizonte no regresa
son nuestros pasos los que reconquistan
la ilusión de girar entre lunas y velos...
... nos hará recordar que la tierra es la urna de los dioses...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)