Arden los deseos en la pira
de las quimeras
sus teas ilusorias se
consumen sahumando el aire espeso
reverberando en la penumbra
con sonido de bronce
un eco de campana avisa
el final de la niebla
es un puerto distante para el
alma aterida
una llamada abierta al
temblor
mientras hemos amado en mitad
de su círculo
sentido la entrega de un
abrazo
la confirmación de un beso
bailando como ciegos entorno
de la pira
bailarines que buscan un
resquicio a la luz
una estrecha hendidura
en la urdimbre del miedo y
del dolor
Exquisito, como siempre, admirado poeta. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu presencia, por tu lectura ,y por tu comentario.
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