UN POEMA DE : FELIPE BENITEZ REYES
TORMENTA DE VERANO
Confiados al sol y a las noches de estrellas,
¿quién diría que ahora oiríamos la lluvia
nuevamente, venida de improviso, cayendo sobre el mar?
Gotean las sombrillas en la playa,
cruza una barca blanca la bahía,
... un castillo en la arena se deshace.
¿Quién diría, sí, que hoy, día de agosto,
podría palidecer el oro del verano?
¿Quién podía esperar esta tormenta,
lamento de qué dios?
Lluvia liviana
que ahora, sin motivo, nos recuerda
que nuestra edad de estío
camina hacia el otoño, que a los días
de sol y juventud siguen las sombras
y la vejez, y un alba indeseada.
Los bañistas bromean en la orilla.
(1986)
TORMENTA DE VERANO
Confiados al sol y a las noches de estrellas,
¿quién diría que ahora oiríamos la lluvia
nuevamente, venida de improviso, cayendo sobre el mar?
Gotean las sombrillas en la playa,
cruza una barca blanca la bahía,
... un castillo en la arena se deshace.
¿Quién diría, sí, que hoy, día de agosto,
podría palidecer el oro del verano?
¿Quién podía esperar esta tormenta,
lamento de qué dios?
Lluvia liviana
que ahora, sin motivo, nos recuerda
que nuestra edad de estío
camina hacia el otoño, que a los días
de sol y juventud siguen las sombras
y la vejez, y un alba indeseada.
Los bañistas bromean en la orilla.
(1986)
No hay comentarios:
Publicar un comentario