domingo, 31 de mayo de 2009

ODA A UN BUSTO INSIGNE

Sumido en la distancia

hierático en la nube de su mármol

superpuesto en su altura
a todas las miserias terrenales
y ofreciéndole el hombro a las palomas
le observo en la glorieta
severo deslucido ceremonial y ausente
jalonado en la aurora de su gloria
por hiedra y por silencio

una y mil veces más
han vuelto a caer las hojas tapizando el parterre
como migas de octubre que juegan al derroche
de un continuo fluir de los otoños
desde que le instalaron
con severa emoción entre discursos

la fecha cincelada lo delata

una y mil veces más
he vuelvo a recogerlas
y al mirarle a esos ojos que se hunden
en un mirar ausente le pregunto
oh prócer recordado por los hombres
eso que ahora contemplas pensativo
es toda la verdad

es la raíz del tiempo


por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

miércoles, 27 de mayo de 2009

LOS MEJORES POEMAS

para María Souto


Los mejores poemas son los que no se escriben
los que aparecen siempre a las puertas del sueño
cuando dices ¿qué piensas?
y nunca te respondo

acuden al cansancio de las pequeñas cosas
porque se precipitan encima de las sábanas

acuden siempre acuden
con tu respiración que da ritmo a la vida
y al arrullo del cuerpo

son fruto de los años
lentos ríos que inundan el tiempo y el espacio
pero no los escribo no puedo retenerlos
apenas hay palabras ni sonidos ni símbolos
que logren reducirlos
que puedan controlar su inocente discurso
su galope encendido

son poemas de amor pues por amor se anuncian
sobre un cielo arrasado por luchas y cansancios
son focos que se adueñan de la melancolía
destronación del miedo licores imposibles
son albores que inflaman
pertenecen al aire al silencio a mí mismo
son poemas ocultos como buenos proscritos

surgen llenos de ti cuando la piel desciende
a las simas profundas del ahogado suspiro
derramando su lluvia de placer por los poros
pronunciando tu nombre

entonces no hay estruendo que pueda amedrentarlos

surgen
llegan con siembra que brotará mañana
nacen desde mi aurora como jinetes libres
que no atienden a reglas
que no saben de ritmos
son versos verdaderos ya que tú los provocas
flores para la reja que guarda a la inocencia

por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

sábado, 23 de mayo de 2009

EN MITAD DEL SILENCIO Y LA CANÍCULA







Inspirado por el jazz de St Germain

La música flota ordenando el caos
con acordes que desatan el incendio
ordenando el ritmo existencial de las estrellas
lentas constelaciones explosiones de luz meteoritos veloces
hondo espacio sin fin

precipitando tonos

espacios delineados
escaleras mecánicas en todas direcciones
bajo la bóveda translucida de los pensamientos

acorralándolos
en un paréntesis de estrábica pasión donde el espíritu
inventa piruetas sincopadas
acrobacias en móviles acordes
lección de vértigo

tribal
construye el laberinto magnético
cadencia que arde en él
la sabana elongando los ríos caudalosos
meandros enroscados como colas doradas de reptil

caen sonoros torrentes
en inmutables saltos de arco iris
y explota policroma la selva plena en trinos
gruñidos y graznidos
simultáneas visiones de un tiempo primitivo se suceden
cuando la sangre oculta
un aroma de savia y clorofila
cuando la savia oculta
un aroma de semen y de sangre
en mitad del silencio y la canícula

martes, 19 de mayo de 2009

Cuando descubrí la poesía de Mario Benedetti, quedé para siempre unido a ella. La claridad de sus poemas, el ritmo fluido de sus versos,y esa sencillez discursiva no carente de lirismo me atraparon.
Su poesía comprometida con la vida, con lo cotidiano, y marcada por un fuerte sentido social, para mí es la poesía del hombre en traje de diario que te habla al oído de igual a igual con entrañable delicadeza.
Hoy tras la noticia de su muerte, quisiera agradecer al "maestro" Benedetti el magisterio de sus versos, ya que con ellos creo que muchas personas se han acercado un poco más a este arte tan poco comprendido de la poesía.
Él me ha enseñado que no son necesarias las grandes palabras, las intrincadas frases, para hacer un buen poema. Un poema que se ensamble perfectamente con el sentir de cada uno.
Muestra de ello es este poema que es una despedida. Una despedida pero que al mismo tiempo nos deja su presencia intacta.
Gracias por sus poemas Don Mario. Siempre estarán con nosotros.


Chau número tres
MARIO BENEDETTI


Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.



por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

viernes, 15 de mayo de 2009

ORACIÓN A LA LLUVIA

Poema de sílabas de agua
arpegio de esta tarde
de acariciada luz
penetra tu rumor
de yunque desatado en mi armonía
mientras la tierra es un blues que se esponja en el aroma
de esa caricia húmeda
que envuelve a los amantes
bruñidos en sudor

plena en el tiempo
madre del llanto y de la risa
plegaria de las nubes
tu cuerpo derramado
ha preñado esta tierra
con toda la avaricia
que tiene una promesa
abundante de vida

danos
como las aves
el arcano secreto de su trinar gozoso
ese regalo
locuaz y permeable de tu espíritu
y conmueve a la hierba
purifica el asfalto
haz un punto y seguido donde había silencio
unge con tu lascivia la sequedad del cauce
femenina burbuja de irisados placeres
y cuéntame tu historia de amor hasta en los huesos



por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

martes, 12 de mayo de 2009

EL PERFIL DE UN MAULLIDO

Un maullido profundo
se enreda entre los chopos esta noche
un maullido que la oscuridad exhala
y propaga en el tiempo

un tiempo de lealtades
un tiempo de latentes claroscuros

Boliche
bola de angora
y corazón salvaje
apareces felino persiguiendo el ovillo
mientras yo pretendía
la balanceada luz
de aquella lana roja

Boliche
zarpa enguantada
días felices
de presas ilusorias

yo
titubeante y lento
perseguía un asombro


albo pecho de acróbata
con pose de victoria
estirabas la cola


por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

sábado, 9 de mayo de 2009

JOSÉ EMILIO PACHECO PREMIO REINA SOFÍA DE POESÍA

Hace ya varios años descubrí en PARADISO, mi librería de culto en Gijón, a un amigo que desde entonces me acompaña. Ese amigo, al que no tengo el gusto de conocer personalmente, me mostró su palabra en una Antología de su obra en edición de bolsillo que hoy me muestra sus hojas ya amarillas. José Emilio Pacheco me sedujo desde el primer instante con su verso intenso y a su vez sencillo. Uno de mis poemas favoritos es Souvenir que pertenece a su poemario: Islas a la deriva (1973-1975) que hoy muestro en este espacio a modo de homenage.

SOUVENIR
De José Emilio Pacheco


Aún queda nieve entre los árboles. Hay hojas
calcinadas de otoño bajo los setos.
Las ramas -blancas o pardas- todavía se desploman
bajo el agravio de su desnudez. Sin embargo,
la ardilla al fin ha abandonado el subsuelo
y el petirrojo ya escarba
en su coto de caza, ya pesca
las lombrices qe han vuelto a la hierba.

El sol opaco pinta bosques de sombra
en la mancha de nieve. Ya todo
se dispone a vivir nuevamente.

Contemplo el móvil cuadro en la pared: esta ventana.
No volverán mis ojos
a detenerse en el jardín.
Seguirá la casa
con algo de nuestras voces y nuestras vidas.

Es demasiado el equipaje. No puedo
llevarme ni siquiera una hoja muerta
y calada de invierno.

A falta de una cámara, un pincel
o habilidad para el dibujo, me llevo
como única constancia de haber estado
estas pocas palabras.

miércoles, 6 de mayo de 2009

SÍ... LO SÉ

Yo no he leído a Kant ni a Platón ni a Aristóteles
ni Sócrates ni a Nietzsche ni a Descartes
tampoco al andalusí de Averroes

sí lo sé y estoy ruborizado por el hecho

prometo que esta noche
la pasaré buscando en wikipedia

pero sé que la vida a veces se complace
con un cárdeno beso
y otras veces en cambio
se enreda humedecida
con el riego salado de las lágrimas.



por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

lunes, 4 de mayo de 2009

SOBRE LA UTILIDAD DE LA POESÍA

Para aquel que se acerque a la poesía con curiosidad, pensando en que es algo de otro tiempo, completamente inútil en el mundo actual, diré que para mí la poesía está en una forma especial de mirar y no sólo en el poema, aunque este es su más común expresión a través de los tiempos.
Desde mi propia experiencia como poeta y lector de poesía sé que hay tantos modos de entender el poema como poetas y lectores.
Esto no es decir gran cosa, lo sé, pero desde mi modesta opinión es así.
El poema es una atmósfera que el poeta crea parta dar cauce al sentimiento poético que él sintió y que alteró su emotividad. Con el poema el poeta propone, a aquel que al poema se acerca, un juego en el que descubra en él mismo ese sentimiento creador y lo haga suyo. Es lo que conocemos como universalidad del poema.
Cada poeta tiene sus propias claves, su estilo para conseguir que la trasmisión funcione. Unos, utilizando un lenguaje cargado de símbolos, imágenes sugerentes y lúcidas metáforas, te van encaminando por una senda de sensaciones hacia un despertar emotivo en una especie de embriaguez de ritmo y de palabras.
Otros en la certera y sencilla expresión de un verso directo y limpio encuentran la herramienta apropiada que desenlaza la conexión entre el discurso poético y el lector.
Tanto unos como otros son válidos siempre y cuando el poema funcione tanto emotiva como técnicamente.
La poesía propone espejos en los que uno pueda verse reflejado, y haga aflorar con sutileza nuestros propios sentimientos, nuestros sueños, y nuestros fantasmas. Actúa como un resorte que pone en marcha lo que constituyen el patrimonio emocional de nuestra experiencia vital. La poesía nos conduce por un cauce de aguas bravas de emotividad hacia el remanso de nosotros mismos.
Como lector nunca me acerco a un poema con una actitud reflexiva. Siempre procuro dejarme llevar por donde su mundo onírico me propone, embrujado por su ritmo, su tempo, y sus silencios, y por la vibración que producen sus palabras ( las palabras son para el poema lo que las pinceladas para el cuadro, o las notas para la música) . Lo leo oyéndolo, esforzándome en conseguir el sentido y la cadencia que el poeta ideó para descubrir en mí sus juegos de luz y sombra.
A veces sólo un verso, o una pequeña estrofa demoledora justifican todo un poema, y me muestran un camino de desnudez y asombro donde me reconozco. Entonces sé que mereció la pena haber escogido aquel pequeño libro entre los de mi biblioteca, y que la poesía, como gema rara y valiosa de la literatura, tiene su verdadera utilidad.

por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

sábado, 2 de mayo de 2009

poema del poemario CUANDO LLEGUE EL OTOÑO

2
Sólo él no tiene tacha, sólo él abarca y contempla todo
Walt Whitman


Todo este tiempo incrustado en mi espalda
en donde se hizo todo aunque quizá fue poco
donde no había espacio ni tregua
y el mundo crepitaba
en la burbuja de un continuo fluir
de un paso de conquista
de una fiebre de ser
de un deseo de estirpe

en ese tiempo digo
el mundo era de dientes enquijados
ronco su canto y vasta su promesa
de codos que se erigen en guardianes
de un territorio abrupto de conquista

y en él se alzó la voz “descubrimiento”
y cada aurora había playas nuevas
inesperados valles
ciudades como frutas exóticas

y al fondo siempre al fondo
de cada descubrir estaba ella
la que guarda el secreto en sus manos vacías
como un cofre encantado
como un golpe de viento cuando alumbra
el fuego adormecido
como un álbum sucinto y familiar que cuando se abre
deja escapar al aire
un eco generoso

y la más bella historia es su historia
y la ley más exacta su ley
y cada mirada se hunde
en la médula azul de su mirada
y sus brazos se entroncan
al carnal laberinto de otros brazos

células sobre células que surgen
de ese lugar perdido de su cuerpo
como una ebullición con que se crean
otros cuerpos fogosos
otros mundos limítrofes

y todo por amor se hizo posible
por ese amor que sientes como crece
en cada ausencia
que te llena las manos
con promesas de oro incienso y mirra
que te unge las sienes y los labios
con salivas muy dulces
que tiene cara y nombre

nombre que sabe a puerto y a salitre
y cuerpo dilatado con el simple contacto
de unas manos que ascienden
la cuesta del deseo
y que resume
todos
los mapas de la tierra
las luchas de la tierra
todas
las esperanzas de la tierra
pues sus misterios antiguos
sus secretos mejor guardados
se escriben en su impulso
en la fuerza que invita
a fundar
a construir
a esperar
a incendiar en la noche
la mítica ciudad
mientras se espera el alba.

del poemario CUANDO LLEGUE EL OTOÑO

Creo que una hoja de hierba no es menos que el camino recorrido por las estrellas,
Y que la hormiga es perfecta y que también los son
el grano de arena y el huevo del zorzobal,
Y que la rana es una obra maestra, digna de las más altas,
Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo,
Y que la menor articulación de mi mano puede humillar a toda las máquinas,
Y que la vaca paciendo con la cabeza baja supera a todas las estatuas,
Y que el ratón es un milagro capaz de confundir a millones de incrédulos.
Walt Whitman




1
Soy el que camina con la tierra y creciente noche
Walt Whitman



Ahora que llego
a la proximidad del fin de este verano
no sin quebrantos
aún con dudas
pero también seguro en las certezas
que me han sostenido

donde discurro y aro
y pazco y vuelo
donde he visto
nacer soberbio el sol
erguir su vertical grandeza habitando mi espalda
invitándome al sueño
hollando tan profundo mi conciencia como una adormidera
para después
volver a despertar con bríos nuevos

ahora que llego
rotundo generoso
mil veces redimido
por la fuerza fluvial que el amor posa
me he de parar a ver el lento otoño
que me habla de un cobijo
de un remanso
quizá de alguna charca
donde de noche
pueda oír otra vez el canto de los grillos
pues el alma estará quieta expectante
al más leve rumor
al más pequeño cambio de las cosas

las dejará fluir sin rompeduras
aceptando sus voces que penetran
la entramada vigilia de los poros.