lunes, 29 de noviembre de 2010

DESDE EL PRINCIPIO

Yo sé que existo porque oigo llorar
ANTONIO GAMONEDA


Oigo un sollozo

ahogado y anónimo

humilde sollozo perdido entre los tiempos
casi un rezo
de un hombre que no sabe
rezar de otra manera que no sea
ese seguir llorando

es un rezo encorvado
bajo la piel del cielo

labrador que llora
su oración de arenisca

y en ese llanto oigo mí rezo
como huella fugaz en la ceniza

y así desde los tiempos
y así desde un principio

sábado, 20 de noviembre de 2010

LA FOTO FAMILIAR

Posamos en la foto sonrientes
los seis
mirando a un horizonte impermeable
de lente de cristal

recuerdo que fue fruto
de un momento de gran felicidad el que contemplo
con ojos detenidos

un tiempo rubricado
con el mínimo instante
del leve parpadeo de una pose
que se helara en nosotros
así como un silente centinela

la imperturbable prueba ante el olvido
de un sesgo en la verdad de nuestra vida

después
todo ha continuado

algunos ya no están entre nosotros
aunque puedo sentir sus vibraciones
latiendo junto a mí algunas veces

los demás son causa de que quiera
continuar en el bando de los vivos

lunes, 15 de noviembre de 2010

dibujo y poema de: AGUA Y HUMO. Pelayo Ortega, e Hilario Barrero


Tan sola

que ya no siente el río

que le corre salvaje

entre las piernas.

Sólo lleva la prisa

por toda compañía:

un animal celoso

que vigila sus pasos y sus huesos.

Tan sola

que hasta la geometría borrosa

del asfalto tiene miedo.

Quiere salir del laberinto

y abandonar la sombra

para poder volar, pero no puede,

hace tiempo le cortaron las alas
poema de: HILARIO BARRERO
dibujo de :PELAYO ORTEGA

lunes, 8 de noviembre de 2010

AQUÍ ESTAMOS

Aquí estamos
atrincherados en la necesidad de ser felices
buscando cavidades en la roca del miedo
en donde decorar un hueco efímero

destellos fluorescentes describen el camino
pero a dónde el camino
y aquí estamos
fatigosamente amanecidos
fanáticos de cultos
que nos hacen creer que somos dioses
hijos de dioses
o comida y capricho de los dioses
arando el páramo del tiempo
mercaderes del brillo
atletas de la gloria
con la corona de laurel en el bolsillo
penados por la luz que no se alcanza
topos en el desierto de la ausencia
repitiendo
que nuestro breve tiempo es el tiempo
que nuestro nombre tiene
las sílabas en piedra
y aquí estamos
entre el dolor y la felicidad erguidos
llagados por amor
y a mitad de camino
de no sé que esperanza