Agoniza ya Abril
y huyo de la indolencia
de esta tarde extenuada
recorriendo los lomos de los libros
palabras de ceniza se atropellan
nombres graves
de autores incorruptos se suceden
en un baile de luz y de tiniebla
el suave aliento
que exhala una trompeta
de música de fondo me trasporta
a alguna tibia noche sin medida
de alquitrán y nostalgias
la vieja librería pasea por mis manos
y su olor a palabras
que son como si fueran
un haz de flores secas ofrecidas al tiempo
sahúma el corazón
con su incienso de tenue gravedad
como un reo de ayer
revuelvo en las estrofas
con inspirado afán mientras descubro
el leve gravitar de la poesía
que lenta como el polvo
se posa en los estantes
de esta tarde de Abril
que ya agoniza
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