No tiene donde ir mientras la noche
le pregunta ¿quién eres?
en esta gran ciudad del norte
ignorado y sin huellas
apresado en el frío
que entumece su cara
mientras deambula lento
sintiéndose un intruso
sus manos agotadas de hurgar en los bolsillos
en busca de una brizna caliente de su tierra
o de una fotografía cosida al corazón
y solamente el eco
de sus pasos le dicen que aún existe
aquella noche extraña de orfandad y de herrumbre
tan diferente a aquellas de azahar y marisma
que aún le cubren la piel
al paso de la noche todo es denso y confuso
y mientras un foco de música
detrás de unas vidrieras se amortigua
donde nace la aurora
él se dice
qué cálido el abrazo de un blues
con sabor a tristeza
No hay comentarios:
Publicar un comentario