lunes, 23 de julio de 2012


JURANDO POR MI VIDA

 

En la cuidad no pueden observarse las estrellas



es nuestra noche  densa

eléctrica

ruidosa

y cual  puré de oxido que oculta

sus cuerpos luminosos

nos priva  del  deleite y del asombro

de su quietud hermética

de ese misterio

que nos empuja en brazos de  un anhelo

más allá de la piel

                                    sólo la Luna

nos anuncia cambiante

que no se encuentra sola

en esas noches densas

en que aparece oronda y fluorescente

o menguada y risueña

o rojo- anaranjada como un gong 

suspenso en la negrura

                 que ellas          las estrellas

lejanas titilantes y enigmáticas

resueltas tras las densas legañas de la noche

están aunque se ocultan

                    

si no fuera porque  

en alguna ocasión

lejos de la cuidad me he emocionado

mirando enmudecido

sus guiños ilusorios

sus mapas  milenarios

su alquímica presencia

y enigma emocional

hermosas y beatíficas princesas de lo oculto

seguro

las negaría

me dejaría matar

jurando  lo que es cierto

que veo o que no veo

jurando por mi vida que no existen


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