domingo, 12 de diciembre de 2010

SIN VOZ LA DIGO

Escrito en New York en una madrugada fría desde un ventanal de una habitación de hotel


Ella no se demora
avanza sobre la madrugada
a pesar de nosotros

vibra en sus raíles y en su asfalto
en su cielo azul plomo de cristal
en la continua luz de sus ojos fijos
que miran a ventanas
en las secas arterias de sus subterráneos

vibra y ruge con acento neumático
mientras se despereza estirando sus árboles
sus vértebras de vidrio y de cemento
expandiendo la luz del nuevo día
hacia el punto en que acaba y donde crece

la miro desde aquí desde el insomnio
de este ventanal
/ cuarto alquilado/
donde descubro en ella
una piadosa faz de lágrimas barridas por el viento
sé que me espera
con esa mezcla extraña de amor y de derribo
con ese resplandor de lujo de esmeralda
con esa carne abierta de ruido y desmesura
con ese palpitar de escombro y de suburbio
con esa cara y cruz de sus brazos desnudos
pero yo me demoro
tomo un café despacio
me adentro en la nostalgia de un sueño que he perdido
preparo mi ritual de cada día
y apagando la luz sin voz la digo
¡ya voy! ¡ ya voy!
¡ya estoy adentro!

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