sábado, 26 de febrero de 2011

LA QUIETUD

Es domingo y la quietud se apoderó del mundo
no hay relojes
no hay corbatas
no hay zapatos
ni que hacer más allá de vivir
de respirar de amar

los días anteriores son postales
y las clavé en un corcho con chinchetas
procurando olvidarlos
o puede que mirarlos desde aquí
desde esta luz
con ojos del que mira de soslayo
alguna enciclopedia con desgana

hoy no es el tiempo del pequeño morir
mientras anhelo permanecer desnudo
la cara relajada
sin apenas un roce

quiero gozar de esta mañana quieto
domingo abajo
sin hacer nada
sin recoger nada
sin ordenar nada de nada
sólo yo con mis sueños mecido en la pereza
trasportado a la paz de la negación más absoluta
sin noticias ni letras ni fantasmas
que opriman el camino

dejándome llevar por las espumas
de la imaginación
de esa ensoñación que me golpea
con la imagen de sitios exquisitos
donde no hay trincheras
donde no hay pasado presente ni futuro
sólo la ingravidez de una lenta canción
de los Beatles tocada al violonchelo
que filtrada aparece
taladrando
las vigas de hormigón
los muros de ladrillo
los doble ventanales
insonorizados
del alma

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