Y volvió a funcionar la cosechadora del deseo
como una luciérnaga de luz brillante en el barbecho
o como el hueso
que al perro deshocica en los rastrojos
el flamante deseo que inflama a los sentidos
y aglutina a la sed en las entrañas
que como un iceberg abrupto
emerge amenazante
cual imagen azul en el silencio
contigo siempre aprendo una palabra más
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