(de ventana a ventana una lluviosa madrugada neoyorquina)
Puede que todo sea reflejo de uno mismo
en la entreabierta luz del nuevo día
se pone al descubierto
la página no escrita de un diario
donde escribo esperanzas
todo empieza quizá con un bostezo
ese que has dado tú / hombre que observo
desde la cara opuesta de la calle/
un gesto intrascendente y cotidiano
el primer movimiento del felino
que vive íntimamente con nosotros
después todo seguido se sucede
preparas el café que te despeja
haces correr el agua hasta los huesos
enciendes un cigarro en la cocina
te rascas la cabeza o lo que caiga
estiras un minuto de rutina hasta que llegue el sol
por la parte más fría de la casa
y así mil veces más
bostezar estirarse ducharse
tomar un par de sorbos de café
y decirte a la cara que estas listo
que todo sigue igual después de todo
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