viernes, 22 de junio de 2012

del poemario: CUANDO LLEGUE EL OTOÑO


La madreselva en la ventana me satisface más que la metafísica

    de los libros

                         Walt  Whitman

A veces el silencio
se recubre de fuerza

tanto

como la más feliz              la más demoledora

de todas las palabras pronunciadas


el silencio es el alma de los justos
o mejor su alimento

o puede que sea más             que sea su casa

esa casa de adobe blanqueado

que sesga siempre el sol del mediodía


apenas pocos muebles en la estancia
os más imprescindibles

alguna flor ociosa en el alféizar

pone un toque romántico

la casa tiene sueño y sueña que es estrella
punto de luz que obliga a la mirada

en las noches del páramo


desde allí               desde esa altura
puede observar la realidad del  hombre

con su visión plateada

sus diferentes caras que confluyen
rompiendo las distancias

anhelantes de besos                hijos pródigos

de la felicidad

el silencio entonces
adquiere la sabia intuición de la hierba que nace

el instinto del agua

el juego rotatorio del sol y de la luna

el jeroglífico

que posee la tierra

y el silencio toma el rango de palabra

modula su murmullo articulando

las ramas de los árboles

el roce de las hojas

y la palabra es voz alzada

canto que extiende la igualdad de los hombres

su comunión con la vida

pero cuando despierta

cuando abre sus ojos y se estira

y el bostezo aligera su cuerpo entumecido

tan sólo ve la tierra

deshidratada y tosca

esquiva tierra inerme

guerra
donde el silencio se hunde

recubierta de piedras como duras escamas
de amarillos hierbajos como labios febriles

de horizontes de cuarzo

desolado paisaje con residuos de

en la voz que enmudece

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