La madreselva en la ventana me
satisface más que la metafísica
de los libros
Walt Whitman
A veces el
silencio
se recubre de
fuerzatanto
como la más feliz la más demoledora
de todas las palabras pronunciadas
el silencio
es el alma de los justos
o mejor su
alimentoo puede que sea más que sea su casa
esa casa de adobe blanqueado
que sesga siempre el sol del mediodía
apenas pocos muebles en la estancia
alguna flor ociosa en el alféizar
pone un toque romántico
la casa tiene
sueño y sueña que es estrella
punto de luz
que obliga a la miradaen las noches del páramo
desde allí desde esa altura
con su visión plateada
sus
diferentes caras que confluyen
rompiendo las
distanciasanhelantes de besos hijos pródigos
de la felicidad
el silencio
entonces
adquiere la
sabia intuición de la hierba que naceel instinto del agua
el juego rotatorio del sol y de la luna
el jeroglífico
que posee la tierra
y el silencio toma el rango de palabra
modula su murmullo articulando
las ramas de los árboles
el roce de las hojas
y la palabra es voz alzada
canto que extiende la igualdad de los hombres
su comunión con la vida
pero cuando despierta
cuando abre sus ojos y se estira
y el bostezo aligera su cuerpo entumecido
tan sólo ve la tierra
deshidratada y tosca
esquiva tierra inerme
guerra
recubierta de
piedras como duras escamas
de amarillos
hierbajos como labios febrilesde horizontes de cuarzo
desolado paisaje con residuos de
en la voz que enmudece
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