MAÑANA EN EL CEMENTERIO DE MONTJUÏC
He estado en la montaña de las tumbas:
he llegado hasta aquí cruzando el yermo
de Can Tunis, nevado de jeringas
y de plásticos grises: aquí tiemblan, errantes,
las estatuas de trapo de los yonquis.
Corre la voz de que el Ayuntamiento
lo arrasará, cubriendo de hormigón
los campos de hierbajos ante la enorme reja
del cementerio, alzado frente al mar.
Será una compañía peor para los muertos:
los difuntos, su muro y su silencio,
armonizan mejor con esos yonquis
que son como soldados que deambulan
extraviados después de la derrota.
Al subir por el viejo camino frente al puerto
los barcos y las grúas van empequeñeciéndose,
se ensancha el mar. Aquí, en lo más alto,
estás salvada del dolor del mundo.
Querido Juan Carlos, poeta, que gusto recibir tu invitación, ahora mismo voy a pasear con atención por tu blog y me apuntaré para seguirlo, abrazo recio!
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